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Ayming meets BAIA FOOD

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Ayming Meets...
noviembre 26, 2020

Nuestro consultor de innovación Mario Jañez ha estado charlando un rato con Guillermo Milans del Bosch de Baia Food.

Una entrevista sobre cómo las ganas de emprender superan al destino imaginado.

¿Te apetece más ver el vídeo que leer?

¿Quién es Guillermo Milans?

Guillermo es un chico de 33 años que estudió derecho, estaba enfocado a trabajar en el mundo de la banca y jurídico, y por un tema personal, después de terminar la carrera acabó en el mundo del emprendimiento, y dentro de un sector que me apasiona que es el de la alimentación, especialmente saludable y ecológica.

¿Cómo fue el momento de emprender?

Montamos la empresa en 2013, y la realidad es que nunca me había planteado emprender, pero como decía antes tuve una experiencia personal de salud durante la carrera. Estuve ingresado muy grave durante tres meses y me di cuenta de que la vida se escapa en un instante.

Luego terminé la carrera a marchas forzadas, con un curso en el que aprobé 25 asignaturas y tenía bien claro que quería desconectar un año, y ampliar mis conocimientos de inglés. Así que decidí viajar a California, y allí me impregné de una cultura y filosofía de emprendimiento, de apostar por las virtudes y las pasiones que tiene cada uno, sean cuales sean. Fue entonces cuando me di cuenta de que tenía las riendas de mi vida, y nunca lo había pensado así. Iba siguiendo el camino que me había fijado el entorno, hasta que me di cuenta de que podía decidir lo que quería hacer con mi vida. Hasta los 22 o 24 años no había sido consciente de algo tan sencillo como eso.

Iba siguiendo el camino que me había fijado el entorno, hasta que me di cuenta de que podía decidir lo que quería hacer con mi vida.

A raíz de las secuelas digestivas de mi enfermedad, viví en primera persona la implicación que tiene la alimentación en la salud, y vi que hay algo de los hábitos alimenticios que tenemos que no funciona. Me di cuenta de que tenía la necesidad de cambiar algo que no estaba funcionando.

Al volver a Madrid me encontré un conflicto entre lo que se esperaba de mí y lo que yo sentía en el interior, esa necesidad de emprender, de cambiar algo que no está funcionando a nivel global. Ahí es donde decidí emprender y comiencé a juntarme con gente con esa misma filosofía de salirse de lo establecido, de pensar más allá y de cambiar cosas. Ese fue el comienzo de este camino que llevamos ya 7 años recorriendo.

¿Qué es Baia Food?

Baia Food es una empresa de alimentación saludable que tiene una pata fuerte enfocada en la I+D+i y otra pata comercial, fuerte en digital a través de e-commerce.

Mi socio, Loan Bensadon, farmacéutico apasionado de la naturaleza y las plantas medicinales, vino un día y me dijo “ya lo tengo”. Me contó que hay una planta que había leído en distintas publicaciones científicas que transformaba el sabor de los alimentos, y que tenía una proteína en su interior que transformaba el sabor ácido en dulce. O sea, que puedes disfrutar del dulzor sin ingerir azúcar. Así que empezamos a leer y leer, y vimos que tenía un potencial como algo natural que podía permitir a la gente que no podía tomar azúcar disfrutar del sabor dulce.

Decidimos investigar y acabamos viajando a Ghana para probar esa fruta. Después de ese viaje decidimos dejar nuestros trabajos y lanzarnos a emprender. Y a raíz de ver la necesidad de financiación pública, y todos los ensayos a nivel europeo para garantizar la seguridad de este alimento, vimos la necesidad de facturar.

Fuimos a instituciones públicas o público-privadas y todos nos decían lo mismo: “¿cuánto facturáis?” ,  no podíamos facturar porque estábamos buscando financiación para autorizar algo que nos permitiese tener una facturación. Por eso decidimos salir al mercado con una línea de alimentos ecológicos, algo que nos permitiese por un lado entender el comportamiento del consumidor a día de hoy, cada vez más preocupado por la alimentación ecológica, sostenible, marcas con propósito… y por otro lado algo que nos permitiese abrir al mercado, pero compaginando con estas labores de I+D+i.

Por eso, decidimos montar baiafood.com y empezamos a ofrecer determinados productos ecológicos, lo que algunos llaman “superalimentos”, pero siempre con la misma filosofía: acudir al origen para lograr los mayores nutrientes en esos alimentos y asegurar que la mayor parte del valor de la cadena se quede en el origen. Nosotros decidimos quedarnos en Ghana con la fruta, no tenía sentido traernos a España o a Europa ese cultivo, porque iba a ser más caro, menos eficiente, y no queríamos subirnos al carro de llevarnos un producto que pertenece a una comunidad.

Baia Food es una empresa que busca mejorar los hábitos alimenticios de la sociedad, reducir el consumo de azúcar, mientras que ofrecemos distintos alimentos con distintas funcionalidades para mejorar la salud de las personas.

En estos siete años habéis nacido como una pequeña startup y habéis crecido un montón. ¿En algún momento hubo miedo?

Nos embarcamos en la aventura en 2013, con un formato de startup, con dos emprendedores que se lanzan a un proyecto que es un reto para una gran multinacional, y hasta el 2015 no conseguimos financiación. Hay dos años de proyecto, de inversión de nuestros ahorros para entender la regulación, para acudir a origen y ver la posibilidad de establecer esa cadena de suministro de una forma profesional que el día de mañana nos permita atender al mercado con las máximas garantías.

Después de más de 15 o 20 visitas a inversores con negativas ves que no tienes muchos más fondos, y que estás trabajando de 8 de la mañana a 8 de la noche… momentos muy duros, pero nunca triamos la toalla porque sabíamos que tarde o temprano íbamos a conseguirlo. Al final conocimos a un empresario que ahora es inversor, y quiere devolver a la sociedad todo lo que ésta le ha dado. Él vio que este proyecto tiene implicaciones en la salud y eso es lo que nos permitió pasar a la siguiente fase, comenzar todos esos ensayos.

En el mundo del emprendimiento digo siempre lo mismo: riesgo hay, pero ese riesgo no puede ser miedo, porque el miedo te hace tomar decisiones incorrectas. Respeto, constancia, sacrificio, esfuerzo… pero miedo, nunca.

Hasta que el ser humano no se ve expuesto a ciertas situaciones, no sabe lo que es capaz de dar. A mí toda esa etapa de hospital me ayudó mucho a eso. Yo pensaba que era una persona débil, que no tenía esa capacidad de sacrificio; y cuando enfermas hay un razonamiento de supervivencia. Y en el mundo del emprendimiento ocurre lo mismo. Nosotros en Baia Food hemos dado los pasos acertados, y vamos formando una estructura, contando con talento… pero ha habido meses en los que dices “no llego a fin de mes”, pero hay que seguir, y al final con sacrificio, motivación y pasión, acaban saliendo las cosas.

¿Ha sido difícil emprender en España?

Fácil no ha sido, es la realidad. Pero al final creo que tenemos muchísimo talento y a nivel de ayudas de I+D+i hay cada vez hay más oportunidades. Por supuesto hay mucha competencia, pero eso es bueno. Hay que ir aprendiendo, nosotros obtuvimos muchos “no”, pero hay que aprender y ver que si te han dicho que no es por algo, y que hay que mejorar, y ese espíritu de mejora marca el camino. Es cierto por otro lado que del 2013 a 2020 han pasado 7 años, y ahora el ecosistema emprendedor es más maduro: incubadoras, aceleradoras… al final el talento existe, y los recursos creo que también. Estamos, yo al menos, muy agradecidos de estar aquí en España.

Dentro de 10 años, ¿dónde te ves y dónde ves a Baia Food?

Es una pregunta que nunca se sabe. Yo vivo en el día a día, y me di cuenta de que la vida se te escapa en un segundo. La manera es disfrutar de cada paso que vayas dando.

En Baia Food trabajamos en esa pata de I+D para comenzar a comercializar el producto en cuanto consigamos la autorización. Lo vamos a hacer a partir de 2021, comercializando este ingrediente principalmente en la industria nutricéutica para gente que no puede tomar azúcar. Y ahí es donde estamos centrando nuestros esfuerzos en I+D, porque a día de hoy no somos capaces de incorporar la proteína en comidas sólidas o líquidas. Ese es el esfuerzo y el reto tecnológico que tenemos.

Ahora mismo hemos sellado un acuerdo de inversión con una empresa láctea, Central Lechera Asturiana, y la intención es hacer estas primeras pruebas de I+D+i en productos lácteos. Espero que de aquí a 10 años hayamos conseguidos posicionar la marca Baia de alimentos saludables y ecológicos que mejoren los hábitos alimenticios de la sociedad, y salvar este reto tecnológico para incluir esta proteína en los alimentos.

¿Legalmente se puede obtener en España esa fruta?

A día de hoy no nos permiten comercializarlo. Cualquier alimento que no se haya consumido en la Unión Europea antes de 1997, que es cuando entró la regulación de “novel Foods”, exige a la empresa que quiera comercializarlo que demuestre su seguridad mediante una batería de ensayos, que es lo que venimos haciendo durante estos siete años.

Esperamos obtener una respuesta en el primer trimestre de 2021, y que nos posibiliten la capacidad de comercializar este producto.

¿Cómo ves el papel de la innovación en el sector alimentario?

Hay falta de recursos, somos muchos, y hay que cambiar los sistemas productivos.

Nosotros estamos muy enfocados en el mundo vegetal: proteínas vegetales, más sostenibles… pero no demonizamos la proteína animal, hay que encontrar un equilibrio.

Esa es la clave, cambiar el proceso y hacerlo más eficiente, más renovable.

El propio consumidor es el que tiene la sartén por el mango, es el que decide. Tengo la suerte de trabajar con otra startup que hace que cuando entras en nuestro marketplace y eliges una receta, y nosotros te enviamos a casa los ingredientes frescos, ecológicos, en su justa medida, con los pasos para que tú te puedas elaborar esa receta, con envases reciclables de vidrio, para dejar de lado todo ese plástico.
En Baia Food intentamos formar a la gente. Yo antes no tenía ni idea de alimentación, y por una necesidad médica te das cuenta de lo importante que es leer etiquetado, saber de dónde viene, cómo se ha hecho el alimento… al final hay que empoderar al consumidor para que tome él las decisiones, sin engañarle.

Precisamente en el Black Friday lo que vais a ofrecer es formación, ofrecéis valor.

Es lo que te decía, es más importante darle nosotros herramientas al consumidor para que sea él el que decida, y sepa que alimentos prefiere que tomar una decisión comercial. Que al final haremos algún descuento, porque también es importante tener esos gestos, pero lo importante es que el consumidor entienda de nutrición. Además, la nutrición es una de las pocas cosas de la salud y nuestra vida que controlamos: la alimentación, el deporte y el descanso. El resto de cosas no depende de nosotros, pero eso sí.

Un consejo para esas personas que no saben cómo comenzar cuidarse, ¿qué les recomiendas?

Depende de la persona tenemos gente que no hace deporte, que no descansa bien, que no come bien… como decía esos tres pilares dependen de nosotros. Recomiendo leer, interesarse por este tipo de información, o escuchar podcasts si a alguien no le gusta leer… hay podcasts superinteresantes, yo sigo mucho a Marcos Vázquez de Fitness Revolucionario, que tiene un podcast muy interesante y es una persona muy didáctica a la que se la da muy bien desde un punto de vista científico darte la información. Al final se trata de aprender de forma sencilla conceptos básicos y construir a partir de ahí.

Último consejo: ¿qué le dirías a una persona que tiene miedo de emprender? ¿Qué primeros pasos debe dar?

El miedo nos sitúa en una autoimposición mental errónea, si actuamos con miedo vamos a tomar decisiones sesgadas. Lo primero que les diría es que fuera ese miedo, que hay que dejarse ir.

Dejarme ir fue difícil para mí. En su día llegaba a casa, con mi padre consejero delegado de un banco, mi hermano diez años en banca privada, mis amistades en consultorías… y yo dije «no, voy a emprender y me voy a meter en el mundo de la alimentación saludable».

Al final hay que tirarse a la piscina, hay una frase que me encanta es open minds lead to open doors. Tenemos una mente abierta, sin prejuicios, y van surgir oportunidades. Nosotros tenemos ese gusanillo. Si tienes esa necesidad de emprender, al final van a ser tan fuertes esas ganas que van a salir de ti si te dejas llevar… ve a por ello, que seguro que merece la pena.

 

En Ayming ayudamos a dar forma y a financiar proyectos innovadores. ¿Charlamos sobre tu proyecto?

 

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